QUIENES SOMOS?

NUESTRA HISTORIA

En el corazón de Springfield, en la pintoresca calle Main nace Casa de Dios Springfield

Una iglesia con un propósito divino: ser un faro de esperanza y transformación espiritual en nuestra comunidad. Desde nuestros primeros pasos, hemos trabajado con pasión y dedicación para brindar un lugar donde cada persona pueda experimentar el amor y la gracia de Dios. Nuestra iglesia fue fundada con una visión clara: establecer un hogar espiritual donde todas las generaciones, desde niños hasta adultos, encuentren un espacio para crecer en su fe, desarrollar relaciones significativas y descubrir su propósito en Cristo.
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CONOCE MAS SOBRE NOSOTROS

Crecimiento y Expansión

A lo largo de los años, Casa de Dios Springfield ha crecido más allá de sus fronteras originales, estableciendo sedes en distintas áreas del estado de Oregón. Cada una de nuestras sedes es liderada por pastores dedicados, comprometidos a servir y guiar a sus congregaciones hacia una relación más profunda con Dios.

Además, nuestra iglesia ha sido un terreno fértil para el desarrollo de programas y ministerios diseñados para atender las necesidades espirituales y emocionales de nuestra comunidad. Desde el Ministerio de Jóvenes hasta el Ministerio de Damas y Caballeros, y el programa de Escuela Dominical, ofrecemos oportunidades para que todos puedan involucrarse, aprender y crecer.

Nuestra Misión

Creemos en la importancia de construir una comunidad sólida basada en los valores del evangelio. Nuestros servicios, celebrados los viernes a las 7 p.m. y los domingos a las 9 a.m. y 11 a.m., son un espacio donde el Espíritu Santo se mueve poderosamente, trayendo restauración, sanidad y renovación a todos los que nos visitan.

Invitamos a todos a ser parte de esta familia espiritual, donde juntos podemos caminar hacia un futuro lleno de esperanza y propósito, cumpliendo el llamado de ser luz en medio de la oscuridad.

Casas de Paz

Uno de los pilares de nuestra iglesia es el programa Casas de Paz, una iniciativa que refleja nuestro compromiso con el discipulado y la comunidad. A través de reuniones en hogares, fortalecemos las relaciones entre hermanos en la fe, crecemos espiritualmente y formamos nuevos líderes, siempre con la misión de multiplicarnos y extender el reino de Dios.